¿Qué es el AML?
AML, por las siglas de anti-money laundering, se traduce como antilavado de dinero y también se conoce con el término prevención del blanqueo de capitales (PBC).
El AML es un conjunto de medidas y regulaciones diseñadas para prevenir y detectar el lavado de dinero en el sistema financiero. Esta acción delictiva es el proceso de ocultar o disfrazar fondos obtenidos ilegalmente haciéndolos circular en el sistema bancario o financiero para transformarlos en dinero legítimo.
A lo largo de los años, se han producido numerosos casos de lavado de dinero que han resaltado la importancia de las regulaciones AML y el papel fundamental de las instituciones financieras en la detección y prevención de estas actividades. Uno de los ejemplos más notorios es el caso de "Laundromat" o lavandería, un esquema de lavado de dinero a gran escala que involucró la creación de empresas ficticias y la transferencia de miles de millones de dólares a través de cuentas bancarias en Europa.
Para frenar este tipo de actividades se crearon las prácticas AML, las cuales deben ser aplicadas por las instituciones financieras para garantizar que sus servicios no se utilicen con fines de lavado de dinero.
La efectividad de las prácticas del AML depende del cumplimiento normativo o compliance. El cumplimiento normativo en general involucra el desarrollo de políticas y procedimientos para prevenir el lavado de dinero, lo que puede incluir la identificación y verificación de clientes, la presentación de informes de transacciones sospechosas, y el monitoreo continuo.
En resumen, la AML y la compliance comparten las siguientes características:
- Objetivo común: tanto el AML como el compliance comparten el objetivo de garantizar que una organización cumpla con las leyes y regulaciones aplicables en temas de lavado de dinero.
- Prevención del lavado de dinero: el compliance se refiere al desarrollo de políticas y procedimientos de las organizaciones para prevenir el lavado de dinero y cumplir con las prácticas AML.
- Integración: para una mayor eficacia, las prácticas AML se integran en el marco de cumplimiento normativo de una organización.
- Control de riesgos: ambos procesos intentan controlar riesgos. En el caso de AML, se evalúa el riesgo de que la organización sea utilizada para el lavado de dinero. En el compliance, trabaja en los riesgos de áreas como la ciberseguridad, la privacidad de datos y la ética empresarial.
La relación entre AML y compliance es estrecha y complementaria, ya que ambos se enfocan en asegurar que una organización cumple con regulaciones y estándares legales y éticos. De este modo se excede la acción del AML sobre los aspectos financiero y legal, para ir más allá e involucrar los aspectos éticos y de responsabilidad empresarial en el control de las actividades financieras.
Regulaciones AML
Las regulaciones AML son normativas legales establecidas por los gobiernos locales y por autoridades internacionales. Estas regulaciones varían de un país a otro, pero tienen elementos comunes en su enfoque de prevención del lavado de dinero.
A nivel global, las normativas AML son aplicables en los siguientes sectores:
- Instituciones financieras: bancos, casas de bolsa, compañías de seguros, cooperativas de crédito, fintech, etc.
- Entidades de cambio de divisas y transferencias de dinero: casas de cambio, empresas de transferencia de dinero y proveedores de servicios de remesas.
- Inmobiliarias y agentes de bienes raíces: en algunas jurisdicciones, las empresas de bienes raíces, especialmente aquellas que manejan transacciones de alto valor, deben cumplir con regulaciones AML.
- Juegos de azar y casinos: la industria del juego, incluyendo casinos y casas de apuestas, está sujeta a procesos AML.
- Compañías de comercio internacional: empresas involucradas en el comercio global, que manejan transacciones internacionales significativas.
- Profesionales del sector financiero y jurídico: en algunos países, profesionales como contadores y auditores, además de abogados, pueden estar obligados a cumplir con regulaciones AML. Por ejemplo, en Argentina, los contadores deben informar sobre operaciones sospechosas de lavado, y en México, existe un padrón de sujetos obligados con fundamento en el artículo 17 de la LFPIORPI entre los que se encuentran profesionales que intervienen en actos como compra venta de inmuebles, el manejo de cuentas bancarias, etc.
El organismo internacional que establece estándares y promueve la cooperación global para combatir el lavado de dinero es el GAFI (Grupo de Acción Financiera Internacional). Las recomendaciones y requisitos del GAFI se cumplen en todos sus países miembros, los cuales además se someten a evaluaciones periódicas de cumplimiento.
Sin embargo, cada jurisdicción tiene sus propias autoridades de aplicación de las normas antilavado. Por ejemplo, en Estados Unidos funciona la Red de Represión de Delitos Financieros (FinCEN); en el Reino Unido la Autoridad de Conducta Financiera (FCA), y en Canadá el Centro de Análisis de Transacciones e Informes Financieros (FINTRAC).
Si bien las regulaciones AML se replican en las organizaciones de cada país para sus actividades específicas, las directivas de la Unión Europea y el Parlamento Europeo son un estándar altamente respetado en materia de blanqueo de capitales y cumplimiento, y se toma como fuente de casi todas las normas locales.
Las directivas europeas que se encuentran vigentes son:
Cuarta Directiva AML (AML 4): la Directiva (UE) 2015/849, entró en vigencia en junio de 2017 y estableció una serie de medidas para prevenir el lavado de dinero y la financiación del terrorismo. La AML 4 establece:
- Obligación de los estados miembros de mantener registros de beneficiarios efectivos.
- Identificación y verificación de clientes (KYC) más estricta, especialmente para personas políticamente expuestas (PPE) y clientes de alto riesgo.
- Mayor cooperación entre las autoridades de supervisión y la estandarización de las sanciones por incumplimiento.
Quinta Directiva AML (AML 5): (UE) 2018/843, se implementó en enero de 2020. Esta directiva incluye:
- Ampliación de la definición de las entidades obligadas a cumplir con las regulaciones AML.
- Creación de un registro centralizado de cuentas bancarias.
- Mayor énfasis en la evaluación de riesgos y enfoque basado en riesgos.
- Mayor transparencia sobre los propietarios reales de las empresas.
Sexta Directiva AML (AML 6): la directiva 2018/1673 de la Unión Europea establece:
- Definiciones más estrictas de los delitos y sanciones
- Amplía la responsabilidad corporativa en el lavado.
Las acciones más relevantes que se establecen con todas las regulaciones mencionadas son:
- Mantener registros de transacciones.
- Notificar actividades sospechosas a las autoridades.
- KYC - identificar y verificar a clientes y antecedentes.
- Verificar el origen del capital.
- Seguimiento y supervisión de transacciones
- Bloqueo de actividad sospechosa
- Identificación y gestión de riesgos
- Capacitación a empleados.
La relación entre AML y KYC
El AML y el KYC (siglas en inglés de know your client, o conozca a su cliente) son dos componentes interconectados en la lucha contra el lavado de dinero. Mientras que el AML se enfoca en prevenir y detectar el lavado de dinero, el KYC se centra en la identificación y verificación de la identidad de los clientes.
Al realizar el KYC las instituciones financieras recopilan información sobre sus clientes, como nombres, direcciones, documentos de identidad y el propósito de su relación con la entidad financiera. Estos datos son esenciales para el AML, ya que permiten a las instituciones evaluar el riesgo asociado con cada cliente y detectar posibles actividades sospechosas.
La relación entre AML y KYC es complementaria, ya que el KYC proporciona la base para llevar a cabo exitosamente las medidas AML.
Además y como medida que suma seguridad, ambos procesos utilizan el proceso de auditoría due diligence (diligencia debida) para investigar a fondo a los clientes y evaluar el riesgo de sus transacciones. Sin una comprensión clara de quiénes son los clientes y cómo se relacionan con la institución financiera, sería difícil prevenir el lavado de dinero de manera efectiva.
Por último y de gran importancia es hoy en día la aplicación de la inteligencia artificial a estos procesos. Esta tecnología está aportando un marco adicional de seguridad al tener la capacidad de trabajar con grandes cantidades de datos y proporcionar sistemas cada vez más precisos para el KYC.
Beneficios del AML
Más allá de la obligación legal que tienen las empresas, los beneficios asociados a una buena política y sistemas de AML son:
- Reducción del lavado de dinero: al imponer regulaciones y medidas de control, se dificulta la tarea de los delincuentes de introducir dinero ilícito en el sistema financiero, lo que a su vez reduce la financiación de actividades ilegales y la corrupción.
- Protección contra el financiamiento del terrorismo: las regulaciones AML no solo se enfocan en el lavado de dinero, sino también en la detección y prevención del financiamiento del terrorismo. Al seguir el rastro del dinero, se pueden identificar y detener actividades que financian actos de terrorismo en todo el mundo.
- Protección de la integridad financiera: el AML protege la integridad del sistema financiero al garantizar que las instituciones no sean utilizadas para fines ilícitos. Esto promueve la estabilidad del sistema, lo que es crucial para el funcionamiento eficiente de la economía.
- Mayor transparencia: la implementación de medidas AML aumenta la transparencia en el sistema financiero y genera confianza en los inversores y el público en general. La transparencia es esencial para el funcionamiento óptimo de la economía y el desarrollo financiero sostenible.
- Protección de la reputación: cumplir con las AML contribuye a generar confianza en los clientes y en el público en general. Esto protege la reputación de la organización, cuestión primordial en un mundo globalizado, hiperconectado, y con altísima competencia.
- Reducción de riesgos de accionistas, clientes y partes involucradas: reducción de los riesgos legales y financieros que podrían afectar negativamente a la empresa y todos los actores que tienen relaciones comerciales con ella.
- Evitar sanciones: una política y un sistema de AML efectivos ayudan a evitar sanciones, las cuales pueden tener un impacto financiero significativo y dañar la reputación de la organización. Si bien existen directivas internacionales a través del Gafi, las sanciones se imponen mediante leyes locales que cada jurisdicción debe aprobar. Algunos ejemplos de sanciones es quitar retirar los permisos para realizar actividades económicas, congelar activos o embargar cuentas bancarias.
- Reducción de gastos asociados al incumplimiento y las multas: una política y un sistema de AML bien diseñados ayudan a reducir los gastos asociados al incumplimiento, como multas y costos legales, lo que permite a la empresa utilizar sus recursos de manera más efectiva. Las multas son montos de dinero determinados en cada país y en base a la legislación local.
- Mejora y optimización de la experiencia de usuario: la diligencia debida en la identificación y verificación de clientes (KYC) puede facilitar los procesos de incorporación y transacciones para los clientes.
- Evita inconvenientes a clientes por participación no voluntaria en esquemas ilícitos: protege la integridad financiera de los clientes y mantiene una relación de confianza entre estos y la organización.
Por último, es importante consultar las listas antilavado que contienen información sobre individuos y entidades sospechosas de estar involucradas en actividades ilegales. Consultar estas listas ayuda a identificar y evitar transacciones con personas o entidades de alto riesgo.
Las prácticas y regulaciones AML aportan un marco normativo para reducir el lavado de dinero a través de instituciones financieras y empresas. Sin embargo, es clave saber si los que intentan hacer estas transacciones son personas reales, a través de un proceso eficiente de verificación de identidad.
Es por esto que las técnicas de AML se apoyan fuertemente en la verificación y autenticación que se realiza en el proceso de KYC, ya que genera la seguridad de que se está tratando con personas y organizaciones legítimas y dinero de buena fe.
En conclusión, la verificación de identidad es una garantía importante en el mundo financiero y digital de la actualidad. A medida que evolucionan los métodos utilizados por los delincuentes, es esencial que las regulaciones AML se mantengan actualizadas y efectivas, y que las tecnologías utilizadas para los procesos de know your customer sean seguras y eficientes.
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